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bala perdida

Mirones de Miró

Arco consta de la exquisita y despeinada tribu de la pintura, y luego de un peatonaje que va a ver qué pasa ahí

Penélope de Alcobendas

El cocoloco de Trump

Ángel Antonio Herrera

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Arco trae siempre mucho trajín en los papeles, a propósito de los galeristas, los artistas o los coleccionistas. Son el triunvirato de oro de un acontecimiento que pone mucha amenidad en estas fechas, cuando nos toca saber mucho de arte. Pero dentro de Arco ... hay otro arco, el arco alegre del peatón que va a echar la tarde con el bonobús en el bolsillo, un coro de particulares que va tomarse una cocacola por allí, y de paso a pegarse el susto o el deleite, como el que va a ver coches caros en un escaparate, echando un ojo al precio imposible. Hay una costumbre española de matar la tarde en los centros comerciales, donde lo compras todo, con la mirada, y regresas de atardecer, a casa, sin haber gastado un euro. Esta costumbre española se extiende muy gratamente por las ferias, y da igual que sea feria de fruta, abalorios, o juguetes, porque el asistente sólo va a entrenar un rato su curiosidad efímera, y de paso merendar barato. El español tiene en sus hábitos el domingo, pero no sólo el domingo de calendario sino también un domingo interior, largo y fijo, que consiste en quitarse de en medio una tarde lluviosa, traspapelada e inútil, como quien se sacude una angustia antigua. Esto puede verse en una feria de machetes y en una feria de lienzos, como Arco. Arco consta de la exquisita y despeinada tribu de la pintura, y luego de un peatonaje que va a ver qué pasa ahí, y si hay un bar potable. Hoy quien ya trae un bocata de casa, porque el arte es largo, pero la tarde también. Son un peatonaje popular, desorientado y alegre que hace fotos a todo, como el que va al zoo. En algunas de esas fotos sale, como al descuido, un Miró, o un Barceló, pero se trata, sobre todo, de llevarse un reportaje de pícnic propio, y no tanto de lograrse un catálogo de pinacoteca con el 'flash' del móvil. Son los mirones de Miró, los paseantes de ambiente, el paisanaje de despiste que vive un fin de semana interior, en una tarde, bajo la excusa de una cita cultural que es también una feria. Un 'show' de centro comercial.

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